lunes, 31 de mayo de 2010

Capitulo Segundo -5

David se dio media vuelta y se dirigió a la puerta más cercana, mientras una multitud comenzaba a verse a lo lejos, el soldado golpe la puerta una y otra vez mientras las figuras se iban haciendo visibles, había decenas de ellos, gritando y esgrimiendo armas y utensilios de una manera salvaje.

-Joder…lo van a matar…-el conductor del Uro apenas podía terminar la frase, su boca entreabierta y sus ojos como platos lo decían todo.

Vamos David joder, vamos, desee con todas mis fuerzas que esa maldita puerta se abriera y al parecer con un sonoro crack el hombro del soldado logro derribar la puerta, este se introdujo dentro de la casa rápidamente, casi cayéndose al suelo.

-¡¡Sii!!- Exclame mientras levantaba mi puño en el aire- eres un jodido cabron con suerte-

David cerró la puerta de nuevo tras de sí, moviendo una especie de mesilla de madera algo pesada para reforzar su entrada, estaba en una especie de comedor, frente a él una mesa de madera con un par de sillas a los lados, un par de estanterías con figuras y algún libro que otro, apenas hizo caso y se dirigió corriendo hacia una cortinilla, veía luz a través de ella, esa habitación seguramente tendría una ventada que daría acceso a otra parte.

-Lo ha conseguido ese loco hijo de puta lo ha conse…- mi murmullo fue interrumpido cuando algo se movió frente a David rápidamente, este paro en seco, su respiración era cada vez mas acelerada, enfoco con su Hk de un lado a otro, hasta que algo salto hacia él, - Joder…un jodido gato, puto felino de los cojones casi me cago de miedo…dios bendito-

Bajo su Hk de nuevo tan solo para dirigir su vista hacia la cocina, en la cortinilla una figura de pequeña estatura estaba frente a él, totalmente quieta.

El soldado levanto de nuevo su arma pero la figura se abalanzo sobre el gritando, este perdió el equilibrio tras el impacto y cayó al suelo, su casco enfocaba la cara de un niño, sus ojos estaban enloquecidos y su boca con los dientes apretados escupía sangre, el forcejeo fue violento, ambos gritaban, uno por matar y otro por salvar su vida, la cámara se movía rápidamente y apenas se veía lo que estaba ocurriendo, de pronto la señal se perdió y se hizo silencio

-Soldado…soldado…!!DAVID!!….-Lorenzo cerro sus ojos mientras golpeaba la mesa murmurando toda clase de maleficios, por mi parte apenas podía creer que uno de mis compañeros, un amigo hubiera muerto…

El cabo cambio hacia la imagen del sargento, estos se encontraban saltando entre los tejados, al parecer era relativamente seguro puesto que las calles ahora estaban infestadas de enemigos, por lo poco que entendi ya que aun estaba en shock por lo ocurrido y me habia alejado del cabo para respirar hondo, el Sargento se dirigia hacia nuestra posicion, habiamos pedido refuerzos pero al parecer ya se dirigia un destacamento a nuestra posicion.

Mis pensamientos se agolpaban unos tras otros, intentando entender que habia pasado, preguntas sin respuestas claras, levante la vista para contemplar la entrada de aquel maldito pueblo, y mis ojos fueron asimilando poco a poco lo que parecia una figura que se dirigia a paso lento hacia nosotros... lo que me llamo la atencion no fue que llevaba nuestro uniforme militar... fue que el Sargento Rodriguez aun estaba lejos de nuestra posicion, y no habia nadie mas con vida.

Capitulo Segundo -4

Las cámaras de los soldados eran un caos, todas mostraban imágenes difusas, aceleradas, o difuminadas, y el contacto por radio no era mucho mejor, al parecer todos los soldados hablaban a la vez, entre los gritos la voz del sargento intentaba anteponerse a la de los demás sin mucho éxito.

-Rodríguez…Sargento….Sargento me escucha…- El cabo Lorenzo se había acercado el micro de los cascos a su boca e intentaba comunicarse con ellos pero era prácticamente imposible- Sargento que ocurre

De repente nos dimos cuenta de que solamente 3 de las 5 cámaras seguían operativas, de las demás, una de ellas tan solo mostraba el suelo arenoso y no se movía, otra había perdido la señal y las interferencias era lo único que quedaba, estaban muriendo…los soldados que formaban el equipo de rescate estaban muriendo y no sabíamos contra que se enfrentaban

-Oh dios santo, tenemos que ir a ayudarles, señor debemos…- El conductor del Uro había alcanzado nuestra posición y movía sus manos con nerviosismo

-Cálmese soldado- le interrumpió Lorenzo quien ante todo mantenía la compostura en esa situación- sargento me escucha

Una de las cámaras se coloco delante de una puerta y de una patada la abrió, mientras gritaba a sus compañeros que le siguieran, las otras dos tan solo mostraban continuadamente ráfagas del Hk contra una multitud que se les echaba encima, no lográbamos distinguir al enemigo.

-Vamos maldita sea…refúgiense- hablaba en voz alta, con los puños cerrados, estaba alterado, el ver a mis compañeros en problemas sin poder hacer nada, era una situación angustiosa.

Una de las cámaras enfocaba de nuevo la puerta de la casa abierta, frente a ella un marine agitaba su brazo mientras lanzaba ráfagas de fuego con su Hk intentando cubrir a sus compañeros.

La tercera cámara se había distanciado de sus compañeros, viendo la imposibilidad de acceder a ellos había optado por marcharse corriendo por un callejón, su respiración era agitada y acelerada, Lorenzo aumento la pantalla del soldado y comenzó a hablarle

-Soldado David se está alejando de sus compañeros- ¿David? Joder las cosas cada vez iban peores, mi compañero estaba de mierda hasta el cuello, en territorio hostil

-Señor…no puedo ir hacia ellos, esas cosas, esas cosas no atienden a razones, oh dios mío asesinaron a Roberto, lo acuchillaron a sangre fría…oh dios aun puedo escuchar sus gritos…Jesús ayúdame- David hablaba entre sollozos y no era para menos, en aquella situación

-Soldado tranquilícese, está entrenado para esta clase de situaciones, intente llegar hasta una posición elevada para…- Una ráfaga de disparos sonó de nuevo, David estaba disparando, delante dos figuras le habían asaltado pero había logrado derribarlas, una de ellas se levanto tambaleándose y una nueva ráfaga de munición acabo con ella

-Oh dios…oh dios…por favor…- David estaba aterrorizado

-Soldado tranquilícese, estamos aquí con usted- el cabo comenzó a sudar, su voz se notaba temblorosa asimilando lo que sus ojos veían

-Oh dios santo…son civiles…Jesús son civiles, están locos- el soldado buscaba un cargador para cambiar a su arma, mientras miraba de un lado a otro los balcones de las casas que daban al pasillo. Siguió corriendo unos metros perseguido por gritos de personas, la mala suerte hizo presencia en forma de muro, el callejón había acabado

-Marine busque una puerta tiene que salir de ahí.

martes, 25 de mayo de 2010

Capitulo Segundo -3

El tiempo se hizo extremadamente largo y pesado, esperando escuchar buenas noticias, una voz que nos dijera que habían encontrado a aquellos chicos y estos estuvieran sanos y salvos, que la situación ya se hubiera calmado en aquel poblado, estaba sudando, esperando cualquier noticia.

Me acerque hacia la posición de Lorenzo, este no paraba de chapurrear con los cascos frente al monitor que tenía delante, pude observar como pequeñas ventanitas salían en la pantalla del mismo, cada una perteneciente a los soldados que formaban el grupo de rescate.

-Un momento, soldado Javier deténgase…gire un momento…un poco mas…ahí quieto, enfoque esa puerta…

La cara de preocupación del cabo hizo que me acercara hasta colocarme a su altura, había aumentado el tamaño de visualización de la cámara de uno de los soldados en la pantalla, esta mostraba una puerta con agujeros de bala, munición a su alrededor y sangre, pero lo que realmente le llamo la atención fue el cargador vacio de un HK reglamentario, un arma militar del ejército de tierra español, al parecer la situación se volvía cada vez más tensa.

-¡NO SE MUEVA! –, un grito rompió el silencio que se había producido durante unos segundos, Lorenzo aun con los cascos puestos levanto su mirada sorprendido, mi reacción fue prácticamente exacta a la del cabo. Reconocí al soldado que había gritado, era uno de los pasajeros del camión, ahora apuntaba hacia una figura que se hallaba a la entrada del pueblo, esta permanecía inmóvil.

El piloto del Uro se adelanto por el flanco izquierdo apuntando al objetivo, mientras que Lorenzo desenfundo su pistola, me uní inmediatamente a mis compañeros levantando mi fusil a la altura de mi cabeza, mientras tenía en la mira aquella extraña figura.

-Identifíquese –, irrumpió el cabo mientras se iba acercando al objetivo, pero este no decía absolutamente nada- < Identifíquese > -, repitió la misma palabra esta vez en idioma de su tierra.

Recordé como en el ejército nos habían enseñado a chapurrear su idioma, curso acelerado de palabras básicas. La figura seguía sin decir nada pero comenzó a moverse hacia nosotros, poco a poco la oscuridad que le cubría iba desapareciendo.

-¡NO SE MUEVA! –, el soldado amenazaba a la figura pero esta parecía ignorarle y cada vez aumentaba su velocidad, esta vez a la luz del día pudimos distinguirlo. Era un hombre, alto, con el pelo corto, de complexión media, con una camisa blanca rota con manchas rojas, y unos pantalones grises, le faltaba uno de sus zapatos, y apretaba los dientes con furia, sus ojos giraban hacia los lados de un lado a otro, y de su boca salían sonidos incomprensibles, como pequeños aullidos, en una de sus manos portaba un cuchillo con restos de lo que parecía sangre, deduje que era de la misma que llevaba en su camisa

¡BANG! El sonido del disparo golpeo mis oídos dejando un leve pitido, mientras de la pistola del cabo surgía una bala que impactaba rápidamente en la pierna del sujeto, sin inmutarse este siguió avanzando hacia el soldado

-¡SEÑOR!-. El soldado parecía esperar la orden del cabo, seguía apuntando al sujeto que apenas se encontraba a pocos metros, esta vez esgrimiendo el cuchillo.

-¡Abra fuego joder!-. El cabo disparo de nuevo hacia la otra pierna del sujeto, consiguiendo el mismo resultado anterior.

El HK del soldado rugió con furia mientras una salva de proyectiles impactaba en el pecho del hombre haciendo que este saliera despedido con fuerza hacia detrás, cayendo al suelo rodando un par de metros.

Todos nos quedamos en silencio mientras nos acercábamos hacia el hombre, este yacía sin vida en la arena de aquel desierto, me pregunte que le había motivado a atacarnos de aquella forma, porque se había abalanzado contra un grupo de militares armado tan solo con un cuchillo…

-Qué demonios está pasando aquí-, el conductor del Uro miro el cadáver de aquel civil y luego dirigio su mirada hacia el Cabo, pero antes de que pudiera continuar una serie de sonidos surgieron del interior del pueblo, eran disparos, multitud de disparos en rapida sucesion.

Lorenzo corrió inmediatamente hacia el monitor y una muesca de horror cubrió su rostro, rápidamente me dirigí hacia el tan solo para comprobar con impotencia lo que estaba sucediendo.

domingo, 23 de mayo de 2010

Capitulo Segundo -2

El vehículo se detuvo en seco, mientras que el Sargento nos hacia indicaciones para que bajáramos.
Uno a uno todos los soldados se colocaron el casco (todos ellos con cámaras) y agarrando su Hk reglamentaria fueron desapareciendo, suspire mientras ladeaba mi cabeza unos segundos, me coloque el casco y baje del camión.

Arena, desierto, pequeños trozos de arena golpeaban mi rostro, mire hacia alrededor para observar la situación, delante de nuestro vehículo se encontraba el Uro, aquel monstruo militar contaba con una ametralladora pesada acoplada que podía ofrecer una devastadora potencia de fuego, recuerdo haberlo visto en funcionamiento un par de veces, una autentica maquina de destrucción. A su lado se encontraban dos soldados uno de ellos era el Cabo Lorenzo, había tenido la oportunidad de servir en su mando en varias ocasiones, un buen hombre.

El Sargento se dirigió hacia el Uro, concretamente hacia Lorenzo y ambos intercambiaron palabras.

-Algo no va bien – Rodríguez me dio un ligero codazo para llamar mi atención
-A que te refieres – conteste mientras mis ojos seguían puestos en los oficiales
-Fíjate – el soldado me señalo un jeep militar que se encontraba a pocos metros de la entrada de un pueblo Afgano

Al principio no le di importancia a ese descubrimiento, pero inmediatamente me di cuenta de la realidad de la situación, no había nadie, los ocupantes de aquel vehículo no estaban.

La entrada del pueblo mostraba una serie de edificaciones de piedra, ladrillo y hormigón, casas pobres, como la mayoría de aquellos pueblos alejados de las zonas urbanas, caminos de piedra y arena, algún pozo que les suministraba agua. Intentábamos ayudar a aquellas personas, edificando edificios, enviándoles suministros médicos y de alimentación pero los Talibanes eran una amenaza presente.

El Sargento volvió hacia nosotros

-Bien, seré franco con ustedes, desconocemos el porqué el equipo que se encontraba vigilando la entrada del pueblo no se encuentra en su posición, pero esto no augura nada positivo.
-¿Talibanes?- interrumpió un soldado afroamericano con expresión de ira en sus ojos
-No lo sabemos, lo único que puedo decirles es que a las 15:24 una patrulla de reconocimiento, que hacia un control rutinario fue detenida por un vehículo civil en busca de ayuda, al parecer había altercados en su población – el sargento comenzó a andar de un lado a otro mientras nos miraba--. La amenaza era de nivel inferior así que la patrulla procedió a ofrecer ayuda tras comunicarse con la base- el sargento hizo una pausa carraspeo y volvió a mirarnos--. A las pocas horas recibimos un informe de altercados civiles por parte de la población Afgana y de posibles muertes entre ellos, en un altercado uno de los soldados resulto herido e inmediatamente procedieron a pedir ayuda adecuada para calmar la situación.

Se respiraba un ambiente de tensión, dos buenos soldados estaban en paradero desconocido tan solo por ayudar a una población un tanto alterada, todos pensábamos en lo peor pero la voz del teniente nos devolvió la esperanza.

-No vamos a permitir que nuestros hermanos se lleven todo el merito en esta misión, así que vamos a encontrarlos y llevarlos de nuevo a casa, y a exigirles una buena explicación por no permanecer en su puesto de control, estamos- un grito unísono de afirmación exclamo en el ambiente.

El teniente eligió a un grupo de soldados para encabezar la misión, mientras los demás permanecíamos en la entrada del pueblo, supervisando la operación, o por si los soldados volvían a su vehículo.

Quedábamos en la retaguardia el cabo Lorenzo que se encontraba dando órdenes y visualizando un monitor con las cámaras de los soldados, el conductor del Uro, un soldado que venia en el camion y yo.

jueves, 20 de mayo de 2010

Capitulo Segundo

12 Días antes

Dos vehículos atraviesan el desierto, un vehículo ligero parecido a un todoterreno dirige la marcha seguido de cerca por un camión.

El transporte militar daba tumbos haciendo que los ocupantes de dicho vehículo se tambalearan en su interior, varias figuras ataviadas con uniforme militar permanecían en silencio, tan solo roto en ocasiones por la tos de alguno de ellos.

Juan se encontraba pensativo, con la mirada perdida mientras intentaba averiguar porque le habían sacado del campo de tiro con rapidez, y sin respuestas lo habían introducido en un convoy hacia algún destino perdido del desierto de Afganistán.

Odiaba la arena pero se había acostumbrado a ella, y al calor, ese maldito calor pegajoso que en ocasiones era insoportable.

Levanto la vista hacia sus compañeros, 1, 2, 3…eran un total de 6 personas ahí atrás, todos con el traje de camuflaje, remangado por los brazos, con el parche de la bandera española cosida en ellos y la HK reglamentaria entre sus manos, uno de ellos un tipo mayor con una gorra llamo su atención durante unos segundos, era un sargento…Rodríguez musito entre sus labios, era el nombre de aquel hombre, recordó como se había presentado ante ellos y les había informado de la misión, “tácticas militares”… y una mierda no enviarían a un sargento si esto no fuera serio.

-Que piensas- una voz a su izquierda interrumpió los pensamientos de Juan mientras ladeaba su cabeza hacia ella.

Era David, un hombre de 27 años, un amigo, miraba a su compañero con esos ojos oscuros y su barba caracteristica de unos cuantos días de más que según él, le hacían sentirse más...como decirlo, varonil.

-Nada importante, tan solo suposiciones – conteste mientras miraba de reojo al sargento.

-No le quitas ojo eh- musito David mientras se rascaba la cara con expresión de interrogación – esto son más que “tácticas militares” seguro que ha pasado algo gordo.

El soldado miro al sargento y devolvió la mirada de nuevo a Juan.

-He oído que una patrulla ha comunicado el aviso de apoyo a base, al parecer se han encontrado con algo que…

-Ya vale – le interrumpí – sea lo que sea hemos venido para solucionarlo, se nos informara a su debido tiempo y paso de los rumores, siempre inventan gilipolleces sin sentido...

Unos golpes procedentes de la cabina del conductor sonaron fuertemente, el teniente comprobó su pistola antes de enfundarla de nuevo y se froto las manos, estábamos llegando al destino.

domingo, 16 de mayo de 2010

Capitulo primero- Final

Aunque tarde en reaccionar, mi cuerpo me llevo hasta un teléfono inalámbrico que había en el comedor, sin éxito aporree los números una y otra vez pero el resultado era el mismo, fuera de línea… que estaba ocurriendo, porque no funcionaba la televisión, la radio, y sin embargo aun había electricidad… donde estaba todo el mundo.


No recuerdo cuanto tiempo pase en el sofá del salón pensando en lo que había pasado, en que día era hoy, el mes, el año… podía recordar muchas cosas pero nada relacionado conmigo, con quien era, en como había llegado a esa situación.


Me levante de nuevo para ir hasta la habitación donde yacía el cadáver de Pablo, agarre la sabana superior de la cama y la arroje por encima de el, intente sin éxito buscar entre sus pertenencias algo que me ayudara a salir de dudas, pero solo encontré un paquete de tabaco, un zipo metálico, un cargador de pistola y nada mas, ninguna cartera con identificación alguna.


Fui hacia la cocina para intentar comer algo, investigue la nevera pero los restos de comida que se encontraban en el interior no me dieron demasiada confianza, así que busque en la despensa y encontré una lata de albóndigas que comencé a devorar rápidamente, parecía que llevara meses sin probar bocado.


Bebiendo de una botella cercana fui a rebuscar al comedor algún indicio de lo que había pasado, algo que me dijera donde me encontraba, pero tan solo encontré revistas de moda, propaganda de supermercados y libros de historia, ningún periódico, nada.


Así que decidí que era hora de salir fuera y encontrar las respuestas, pero antes me arreglaría, llevaba un aspecto parecido al de un vagabundo en sus peores momentos. Tras una ducha con agua fría ya que no había manera de que saliera caliente, me cambie con la ropa del armario de la habitación donde dormía.


Una camisa de propaganda sobre una bebida alcoholica, unos vaqueros que me venian grandes tal vez un par de tallas mas, nada que no pudiera arreglarse con un cinturon, y unas botas negras desgastadas quehabi debajo de la cama, tal vez las lleve con anterioridad.


Cogí la pistola de Pablo, no sabia lo bueno que podia llegar a ser con un arma pero tenia conocimientos basicos acerca de ella, ademas nunca se sabe, en esa situacion toda precaucion era poca.


Las llaves estaban por dentro las meti en un bolsillo de los vaqueros, y del perchero escogi un abrigo largo oscuro, lentamente mi mano agarro el pomo de la puerta, abrí la puerta con el corazón palpitando sin cesar, no es que fuera un aventurero, o al menos no recordaba serlo, no sabia que podia depararme ahi fuera pero quedarme más en esa habitación tal vez terminaría volviéndome loco, ademas si las cosas se pusieran feas tenia un lugar al que volver.

Capitulo primero -3-

Supongo que cuando leas esto ya será demasiado tarde para mi y habré muerto, he intentado aguantar pero tu y yo sabemos que no hay remedio posible para esto. No esta todo perdido, confió en ti y se que podrás seguir adelante, sabes perfectamente lo que hay en juego, así que no te rindas, se que te recuperaras pronto, lo único que lamento es no poder seguir tu camino. No me culpes por mi cobardía, quería morir siendo yo mismo y no alguien diferente. Espero que se me recuerde cuando todo haya acabado. Tu amigo, Pablo.


Pablo… desconocía completamente aquel nombre, su ropa no me ayudo, pronto mi cabeza estalló, con un dolor como si varios pinchazos me atravesaran el cráneo, entre llantos de dolor me arrodille en el suelo hasta que varias imágenes vinieron a mi mente.


Me encontraba corriendo por un callejón oscuro como si mi vida dependiera de ello, llovía de manera abundante y esto no facilitaba mi huida, apenas podía sentir la planta de mis pies y mis jadeos debido al sobreesfuerzo realizado irrumpían mis oídos, mi vista se nublo por momentos y tropecé dando un par de volteretas en el suelo. Boca arriba la lluvia me golpeaba la cara.


- Vamos,<jadeo>, no <jadeo> es momento para <jadeo> descansos – un rostro de un hombre con barba encapuchado se paro frente a mi, me ayudo a ponerme de pie y reanudar la carrera – <jadeo> parece mentira que tu seas el joven jajaja, no vuelvas a caerte, podría ser la ultima- dijo sonriendo mientras corría como si le persiguiera el demonio


Imágenes me vinieron a la mente como flashbacks, frases se me amontonaros sobre poniéndose una frente a la otra.

- A partir de ahora seremos compañero….estamos juntos en esto así que no abandonaremos…sabes hubo un tiempo en que la gente paseaba por estas calles…no fue tu culpa, no puedes salvar a todos así que no te culpes por lo que le paso a Melissa…


Melissa…mis ojos se abrieron como platos al recordar ese nombre, mi corazón se acelero como si fuera a estallar en cualquier momento, sentí una punzada de adrenalina y escalofrío por todo mi cuerpo.


Me lleve de nuevo las manos a la cabeza intentando recordar pero todo era demasiado confuso, y no quería perder de nuevo el conocimiento, además los flashbacks cada vez dolían mas, como si mi mente explotara cuando volvía a recordar..