domingo, 16 de mayo de 2010

Capitulo primero- Final

Aunque tarde en reaccionar, mi cuerpo me llevo hasta un teléfono inalámbrico que había en el comedor, sin éxito aporree los números una y otra vez pero el resultado era el mismo, fuera de línea… que estaba ocurriendo, porque no funcionaba la televisión, la radio, y sin embargo aun había electricidad… donde estaba todo el mundo.


No recuerdo cuanto tiempo pase en el sofá del salón pensando en lo que había pasado, en que día era hoy, el mes, el año… podía recordar muchas cosas pero nada relacionado conmigo, con quien era, en como había llegado a esa situación.


Me levante de nuevo para ir hasta la habitación donde yacía el cadáver de Pablo, agarre la sabana superior de la cama y la arroje por encima de el, intente sin éxito buscar entre sus pertenencias algo que me ayudara a salir de dudas, pero solo encontré un paquete de tabaco, un zipo metálico, un cargador de pistola y nada mas, ninguna cartera con identificación alguna.


Fui hacia la cocina para intentar comer algo, investigue la nevera pero los restos de comida que se encontraban en el interior no me dieron demasiada confianza, así que busque en la despensa y encontré una lata de albóndigas que comencé a devorar rápidamente, parecía que llevara meses sin probar bocado.


Bebiendo de una botella cercana fui a rebuscar al comedor algún indicio de lo que había pasado, algo que me dijera donde me encontraba, pero tan solo encontré revistas de moda, propaganda de supermercados y libros de historia, ningún periódico, nada.


Así que decidí que era hora de salir fuera y encontrar las respuestas, pero antes me arreglaría, llevaba un aspecto parecido al de un vagabundo en sus peores momentos. Tras una ducha con agua fría ya que no había manera de que saliera caliente, me cambie con la ropa del armario de la habitación donde dormía.


Una camisa de propaganda sobre una bebida alcoholica, unos vaqueros que me venian grandes tal vez un par de tallas mas, nada que no pudiera arreglarse con un cinturon, y unas botas negras desgastadas quehabi debajo de la cama, tal vez las lleve con anterioridad.


Cogí la pistola de Pablo, no sabia lo bueno que podia llegar a ser con un arma pero tenia conocimientos basicos acerca de ella, ademas nunca se sabe, en esa situacion toda precaucion era poca.


Las llaves estaban por dentro las meti en un bolsillo de los vaqueros, y del perchero escogi un abrigo largo oscuro, lentamente mi mano agarro el pomo de la puerta, abrí la puerta con el corazón palpitando sin cesar, no es que fuera un aventurero, o al menos no recordaba serlo, no sabia que podia depararme ahi fuera pero quedarme más en esa habitación tal vez terminaría volviéndome loco, ademas si las cosas se pusieran feas tenia un lugar al que volver.

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